Esa mañana me desperté con la esperanza de que no hubiese terminado todo tan pronto. El travieso sol, que me sacó de mi sopor jugando con mis párpados, me hizo comenzar el día con optimismo. Quería olvidar los fantasmas que otrora me acosaban.
Llegó la tarde con el mismo aire limpio y la luz clara de la mañana.
- ¡Hace un día precioso!Tomemos el té en el jardín, bajo el arce - le comenté a Noa, que había venido a acompañarme como todos los sábados.
- Lo cierto, es que nadie lo diría, creí que hoy tendríamos que tomarlo en el interior- contestó ella.
- Sí, es una sorpresa tan agradable...- respondí con una sonrisa torpe. Hacía tanto tiempo que no sonreía que parecía haber olvidado cómo hacerlo.
Nos sentamos bajo el árbol señorial, que se antojaba como el amo de una gran hacienda, ya que destacaba notablemente entre los numerosos arbustos de bayas y unos cuantos avellanos. Y así, disfrutamos del fuerte sabor del té y los coloridos "macarons". En este estado de incipiente felicidad, me recosté sobre el respaldo de la silla de hierro forjado, para poder observar mejor las ramas desnudas del imponente árbol. Algo captó mi atención y con súbita energía, incorporé mi espalda y señalé una rama exclamando:
- ¡Mira, Noa!, El Arce tiene hojas. Bueno, una única hoja que todavía no ha sido exterminada. Luce solitaria, con los colores de un fuego vivo, desafiando lo inevitable- decía esto sintiendo cierta identificación con el árbol. Noa, acompañando mi mirada con la suya, añadió:
- ¡Sí!, ¡qué hermosa...!Es verdad que parece de fuego; la pena es que las primeras nieves no tardarán en arrebatársela y sepultarla para siempre - Este vaticinio ensombreció mi frágil alegría. Pero como no quería sentirme como los últimos días, intenté obviar las palabras de Noa.
- Pero, todavía está intacta, pensemos en eso. Ayer te hubiese dicho otra cosa, pero hoy mi humor es bueno-respondí. Era cierto, el día anterior amaneció triste, y queriendo combatir la melancolía decidí dar un paseo por el "Mont Royal ". No iba desde el verano, que con su calidez y humedad, proveía de los verdores más exquisitos a los visitantes de entonces. Un escalofrío recorrió mi espalda al observar los desnudos árboles que se agitaban incómodos ante mi mirada.
- Esqueletos, Noa, eran esqueletos- mascullé al hablarle de mis impresiones del día anterior-El cielo amenazaba descargar su ira e implacablemente, así lo hizo. Volví a casa empapada y con bastante frío. Pensé que ya no habría tregua, pero ya ves, nunca se sabe.
El calor del sol me adormeció, no sé decir cuánto tiempo, hasta que me pareció escuchar un susurro y abrí los ojos:
- ¿Qué ha sido eso?- pregunté, atolondrada.
- Se ha levantado viento, parece que nuestro hermoso día no ha durado mucho. Un nubarrón se acerca por el horizonte. Recojamos todo antes de que nos alcance la lluvia.
Lo que había escuchado en sueños, no era más que el viento, que había llegado veloz sin apenas darnos cuenta, despeinando nuestros cabellos y formando un remolino de hojarasca. Recogimos la mesa con rapidez y nos metimos dentro de la casa. Una vez en el interior, descorrí la cortina del amplio ventanal que daba al jardín. Pude observar como el torbellino adquirió tanta violencia alrededor del arce, que parecía querer hacerse con la solitaria hoja a toda costa. Éste se resistía con gran agitación. El espectáculo duró a penas unos minutos, hasta que un arrebato furioso del viento desprendió la hoja. Ésta voló por unos instantes, meciéndose y bailando en el aire. Justo cuando se posó en el suelo, sobrevino la lluvia y la dejó aplastada e inerte.
Con una tristeza que me calaba los huesos, me volví hacia Noa y señalando la hoja muerta en el suelo, le dije:
- Noa, mira...todo ha terminado...
SBG
Este relato te introduce perfectamente en la escena, casi podía sentir el viento…
ResponderEliminarMe alegro mucho de que hayáis creado este blog, y encima con relatos, con lo que me gustan.
Os leeré seguro.
Un besazo!
Enhorabuena chicos!
ResponderEliminarEstupenda iniciativa! Muy estimulante y enriquecedora.
Me encantó el relato Susi. Intentaré conectarme esta semana al skipe para charlar contigo.
Un beso a los dos!
Laura
Guauu,muy padre narrativa..gracias por compartirlo, (ya estoy como fiel seguidora)
ResponderEliminarSaludos a ambos..